En la infertilidad hay demandas sociales, personales y económicas. El estrés es la reacción del organismo ante estas exigencias reales del individuo.
La expectativa de familiares, amigos y de la sociedad en general es que las personas tengan hijos, especialmente cuando llevan tiempo casados o viviendo juntos. Esa pregunta frecuente, ¿para cuándo tienen los hijos?, alimenta la demanda emocional, la ansiedad y la frustración porque toca aspectos importantes de la pareja que pasa por el difícil tránsito de la infertidlidad.
En la infertilidad nos encontramos con demandas personales. La expectativa de tener hijos es universal y el hecho de no tenerlos genera insatisfacción, frustración y tensión en el ser humano que desea tenerlos. Las parejas que se someten a tratamientos de fertilidad se plantean, no solamente que no los tienen, sino la posibilidad de no llegarlos a tener. Esa postura negativa hacia el futuro, la posibilidad de no poder lograrlo, genera altos niveles de ansiedad, tristeza y rabia. Esto lo observamos frecuentemente cuando las parejas ya han pasado por varios tratamientos con resultados negativos.
Entre los aspectos personales consideramos también la demanda de tiempo. Los tratamientos requieren acudir a consultas médicas recurrentes, más frecuentes en la mujer que en el hombre, lo que genera altos niveles de estrés, sobre todo para aquellas personas que tienen que coordinar el tratamiento con su trabajo y ausentarse frecuentemente por esta causa.
Los niveles de estrés inciden tanto en la infertilidad como en el tratamiento ya que pueden causar cambios hormonales y alteraciones en el sistema inmunológico
También hay demandas en el área económica. Los tratamientos de fertilidad suelen tener un costo importante que para muchas personas representa un gran esfuerzo y se convierte en un generador adicional de estrés para las parejas infértiles.
Los niveles de estrés inciden tanto en la infertilidad como en el tratamiento. Pueden causar cambios hormonales en las mujeres y en consecuencia producir una ovulación irregular, espasmos en las trompas de Falopio, contracciones uterinas y alteraciones en el sistema inmunológico que finalmente son factores que pueden obstaculizar el embarazo. En el caso del hombre se ha descrito que el estrés disminuye la producción de espermatozoides.
Las personas que buscan tratamiento de fertilidad generalmente no presentan problemas emocionales tales como trastornos de ansiedad o depresivos, sin embargo pueden sufrir desajustes emocionales en las diferentes etapas del tratamiento.
Una de las características que podemos encontrar frecuentemente en las personas que experimentan infertilidad es la pérdida de interés en las actividades regulares. En la mayoría de los casos los problemas de fertilidad no se resuelven de forma rápida o con la velocidad deseada, Las personas que están en una situación de frustración o de duelos frecuentes, muchas veces centran su atención de manera excesiva en el hecho de tener hijos, lo que los lleva a perder interés en otras actividades de su vida que podrían ayudarlos, e inclusive distender el complicado camino de la infertilidad. Es frecuente encontrar que la pareja disminuye las actividades de distracción así como las vacaciones, las situaciones sociales, los hobbies y el ejercicio físico, entre otros.
La infertilidad no es un castigo sino una situación difícil que le tocó vivir a la pareja
Las personas en tratamiento de fertilidad muchas veces experimentan sensación de tristeza por períodos prolongados de tiempo. Esta emoción negativa aparece cuando hay evaluaciones de pérdidas y esto está a la orden del día en la pareja infértil porque la experimentan en las diferentes etapas de los tratamientos.
Cuando las parejas están en tratamiento de fertilidad pueden sentirse aisladas de sus allegados, no quieren vincularse, muchas veces para evitar la demanda social implícita en el hecho de tener hijos. Para no enfrentar la situación evitan fiestas religiosas e infantiles, baby showers, encuentros con amigas embarazadas o situaciones que tienen que ver con los niños en general.
Experimentan dificultad para concentrarse o pensar en algo diferente a su problema de infertilidad, prestan un exceso de atención a la dificultad y muchas veces pasan demasiado tiempo pensando en el problema. Es frecuente la presencia de pensamientos persistentes en relación al tema de la fertilidad.
Otros síntomas que podemos encontrar son: disminución de las habilidades para cumplir tareas, cambio en los hábitos de sueño, en el apetito o en el peso, asociados al tratamiento hormonal que reciben, dejan de hacer ejercicio lo que se asocia al aumento de peso y la ansiedad. Hay presencia de pensamientos persistentes en cuanto a las evaluaciones negativas de sí misma, del mundo y del futuro asociadas al pesimismo.
Muchas veces las personas no entienden por qué son infértiles y suele encontrarse que lo atribuyen a características negativas de sí mismas o a un castigo, ¿qué habré hecho yo para merecer este castigo? O, si soy tan buena, ¿por qué me tocó vivir esto? Este tipo de pensamiento es una característica humana frecuente cuando las personas pasan por situaciones difíciles o enfermedades y es un punto a tratar en la intervención psicológica en caso de que esté presente en la pareja infértil. La infertilidad no es ningún castigo sino una situación difícil que le tocó vivir a la pareja.
La forma en que los miembros de una pareja reaccionan y se enfrentan a la infertilidad y su tratamiento influirá sobre su ajuste durante el mismo
Los pensamientos automáticos relacionados con la fertilidad desempeñan un papel en la predicción del ajuste emocional de los pacientes durante el tratamiento. Los pacientes con alta impotencia y poca aceptación de su condición de infertilidad y tratamiento experimentan más depresión y ansiedad después de conocer el resultado. Percibir un bajo apoyo social, experimentar insatisfacción conyugal, tener un trabajo a tiempo parcial (a diferencia de un trabajo a tiempo completo) y considerar que el tratamiento es demasiado caro, pueden ser factores de riesgo en la producción de un desajuste durante el tratamiento.
La forma en que cada miembro de una pareja reacciona y se enfrenta a la infertilidad y su tratamiento influirá en el ajuste durante el tratamiento. Por tal razón se recomiendan intervenciones psicológicas específicamente desarrolladas para las personas que están en tratamiento infertilidad ya que ayudan a promover el cumplimiento del tratamiento, así como el bienestar relacional y emocional del paciente durante el mismo.
Dra Sophia Behrens
Psicólogo -Sexólogo
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Psicología de la Fertilidad Fertigenetic